La corriente del Golfo
La Corriente del Golfo es una corriente oceánica que desplaza una gran masa de agua cálida procedente del Golfo de México y que se dirige al Atlántico Norte. Alcanza una profundidad de unos 100 m y una anchura de más de 1000 km en gran parte de su larga trayectoria, lo que da una idea aproximada de la enorme cantidad de energía que transporta y de las consecuencias tan beneficiosas de la misma. Se desplaza a 1,8 m/s, aproximadamente y su caudal es enorme: unos 80 millones de m³/s.
La circulación de esta corriente asegura a Europa un clima cálido para la latitud en que se encuentra e impide la excesiva aridez en las zonas atravesadas por los trópicos en las costas orientales de América (por ejemplo: México y las Antillas).
Es provocada por la acción combinada de los vientos globales, especialmente, de los vientos del oeste, vientos constantes o planetarios en la zona templada del Hemisferio Norte, de la alta concentración salina de sus aguas y de la baja temperatura de la misma cuando llega a latitudes proximas al polo (lo cual se denomina circulación termohalina) y del movimiento de rotación del planeta.
El cambio climático y el descongelamiento de los glaciares de Groenlandia y de mas del 40 % del Polo Norte podrían estar afectando este efecto termohialino y haber provocado ya una disminución de mas del 30 % de su flujo de energia. Veáse homepage.mac.com/uriarte/circulaciontermohalina.html.
La circulación de esta corriente asegura a Europa un clima cálido para la latitud en que se encuentra e impide la excesiva aridez en las zonas atravesadas por los trópicos en las costas orientales de América (por ejemplo: México y las Antillas).
Es provocada por la acción combinada de los vientos globales, especialmente, de los vientos del oeste, vientos constantes o planetarios en la zona templada del Hemisferio Norte, de la alta concentración salina de sus aguas y de la baja temperatura de la misma cuando llega a latitudes proximas al polo (lo cual se denomina circulación termohalina) y del movimiento de rotación del planeta.
El cambio climático y el descongelamiento de los glaciares de Groenlandia y de mas del 40 % del Polo Norte podrían estar afectando este efecto termohialino y haber provocado ya una disminución de mas del 30 % de su flujo de energia. Veáse homepage.mac.com/uriarte/circulaciontermohalina.html.
Dirección de la corriente del Golfo del Altántico Norte.
Circulación oceánica en el Atlántico Norte
En el Atlántico Norte , la Corriente del Golfo vendría a compensar el circuito en sentido inverso que conforman dos corrientes: la Corriente de las Canarias, de aguas frías, las cuales emergen de ciertas profundidades oceánicas por estar junto a la costa africana debido a la acción de los vientos alisios (del Este), y la Corriente Ecuatorial del Norte, que viene a ser la continuación superficial de esta corriente fría, pero que va calentándose a medida que avanza en este trayecto de miles de km hasta las costas sudamericanas. Desde comienzos de la Edad Moderna se supo comprender la enorme ventaja de este circuito de navegación en el Atlántico Norte: de Europa a América, por la ruta meridional, y en sentido inverso, por la ruta norte. Con ello se aprovechan, no sólo las corrientes nombradas, sino la dirección de los vientos planetarios.
La circulación oceánica del Atlántico Norte, en la que se inserta la Corriente del Golfo, forma parte de la circulación termohalina que afecta al conjunto de las masas de agua oceánicas.

Efecto del calentamiento global sobre la Corriente del Golfo
Aumentando el calor atmosférico, aumenta el derretimiento de los hielos acumulados en los polos, del Polo Norte específicamente en este caso. Al aumentar el derretimiento del hielo polar se diluye más la corriente del Golfo, frenando el avance de las aguas templadas desde el Golfo de México. Al frenarse la corriente del Golfo se producirá un enfriamiento de las áreas costeras del norte de Europa. Este hecho, que era una hipótesis, ha sido confirmado recientemente (noviembre 2005) por la National Oceanography Centre de la Universidad de Southampton, en Gran Bretaña, concluyendo investigaciones que se venían desarrollando desde 1957. Como consecuencia de este fenómeno, se estima que para el 2015, la temperatura de la región será, en media, 9 ºC más fría. Este es un ejemplo del efecto, a primera vista secundario, del calentamiento global.

Las islas Lofoten, en Noruega, disfrutan de temperaturas mucho más altas de las que le correspondería por su latitud.

No hay comentarios:
Publicar un comentario